¡Hola, colegas de trazos y sombras! Antes de zambullirnos en
el mágico mundo del papel y la tinta, vamos a sacar a relucir nuestras manías y
rituales. ¿Alguien más siente que dibujar es un ritual propio? Aquí les cuento
mis secretos antes de iniciar mi viaje creativo.
Primero y ante todo, mi ritual mañanero es casi una
ceremonia del café. ¿Es solo miel sobre hojuelas o hay algo místico en el vapor
aromático de la taza? Sea como sea, mi mente no se pone en modo
"dibujo" sin esa dosis de cafeína.
Después, viene la música. No hay nada como elegir la banda
sonora correcta para tu obra maestra en ciernes. Desde sinfonías épicas hasta
el último hit de la radio, la música es mi chispa creativa. Me pregunto si
Beethoven también tarareaba mientras pintaba.
Ah, y ¿cómo olvidar la charla pre-dibujo con mis lápices?
Sí, sé que no pueden hablar, pero créanme, hay una conexión espiritual ahí. Les
doy un pequeño discurso motivacional del tipo "Hoy vamos a hacer historia,
amigos", y algo en el cosmos de las artes visuales responde positivamente.
La iluminación también juega su papel. No sé si soy el
único, pero una lámpara estratégicamente colocada puede transformar mi espacio
en un santuario creativo. No hay nada peor que perderse en los detalles por
culpa de una mala iluminación.
Antes del gran acto, hago una pequeña danza de estiramiento.
Sí, suena raro, pero ese arte de estirar los dedos y balancear el cuerpo evita
calambres y tensiones innecesarias después de largas horas de dibujo
apasionado.
Así que, amigos, ¿cuál es su ritual previo al arte? ¿Alguna
manía, superstición o costumbre peculiar que los prepara para el lienzo en
blanco? ¡Abramos la caja de Pandora de los rituales creativos y compartamos
nuestros secretos, artistas! 🎨🔮
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